miércoles, 5 de febrero de 2014

Desarticulan banda que quemaba casas en Miami para cobrar el seguro


Una banda de Miami-Dade especializada en incendiar viviendas o inundarlas intencionalmente para cobrar millones de dólares en falsos reclamos a las compañías aseguradoras fue desbaratada gracias al soplo de uno de los involucrados, informaron el martes las autoridades.
Un total de 14 personas, entre ellos una pareja de esposos identificados como los cerebros del grupo criminal, fueron arrestados por el cobro fraudulento de más de $7 millones durante los últimos siete años, dijo la Fiscal Estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández-Rundle.

Otros ocho involucrados permanecen prófugos.
“Esta estafa fue creación de muchas mentes criminales, pero principalmente de Jorge Fausto Espinosa y su esposa Carolina Espinosa”, dijo Fernández-Rundle durante una conferencia de prensa en la sede de la Fiscalía. “Demasiadas personas ven este tipo de fraude como un crimen invisible”.
Espinosa, de 58 años, y su esposa Carolina, de 35, son propietarios de Nationwide Adjusters LLC., un negocio de Kendall dedicado a la evaluación de daños en propiedades para el posterior reclamo de reembolsos por parte de las aseguradoras.
La denominada operación “Flames and Floods” (Llamas e Inundaciones) fue organizada a partir de información clave proporcionada por Felipe Ruiz Perdomo, a quien sus cómplices llamaban Perdomo, y quien cooperó para recibir una reducción de condena por otro caso federal, de acuerdo con los documentos de arresto.
Junto con los esposos Espinosa se encuentran detenidos Argelio Menéndez, de 55 años; Francisco Pineiro González, 38; Daniel Pérez, 43; Jesús Martínez, 51; Abel Gutiérrez, 43; Ernesto O’Rielly, 38; Pedro Lezcano, 68; Lázaro Delgado, 48; Liset Corrales, de 37; Francisco Centurión, 71; Roberto Suárez, 46; y Daney Pérez, 37.
Quienes continúan prófugos son Alain José Murga, de 43 años; Darío Martínez, 42; Damién González, 39; Jesús González Pérez, 64; Lázaro Rivera, 45; Anay Vina, 35; Félix Anthony Cabrera, 28; y Javier López Rivero, 39.
“Quiero que quede claro que los dueños de las casas formaban parte de este esquema”, dijo Fernández-Rundle, quien durante la conferencia estuvo acompañada del director financiero de Florida, Jeff Atwater, entre otras autoridades. “No eran víctimas inocentes de este crimen”.
Fernández-Rundle explicó que la pareja reclutó a varios propietarios de viviendas que se prestaron para “darle candela a las casas” o destruir sus sistemas de tuberías de tal manera que parecieran accidentes, para lo cual Espinosa contaba con la complicidad de expertos eléctricos y en plomería.
Las investigaciones documentan al menos 17 casos de falsas reclamaciones por daños en viviendas de diferentes vecindarios de Miami-Dade.
Son nueve las compañías afectadas por las falsas reclamaciones: American Integrity, American Bankers, Citizens, Northern Capital, Northern Point, Gulf Stream Property & Casualty, Southern Oak, State Farm, y Universal Property & Casualty.
El método utilizado por el grupo criminal, según las autoridades, era el de presentar a Espinosa entre amistades dispuestas a actuar en complicidad para cobrar miles de dólares con las falsas reclamaciones. De hecho, Perdomo le presentó a Espinosa a varias de sus amistades para incursionar en el negocio fraudulento.
Perdomo identificó a dos personas claves para ayudar a Espinosa en el “trabajo de campo”. El primero: Félix Cabrera, conocido como Cabrera, y dueño de Envirotech Fire and Water Restoration, dedicado a la reparación de las propiedades.
El otro era Damién González, dueño de Global Restoration, señalado por Perdomo como “la mano derecha” de Espinosa y a quien conocían como Murga o “The Shadow” (La Sombra), porque siempre estaba detrás de Espinosa. Incluso, según Perdomo, “La Sombra” asistía a Espinosa en todos los preparativos para provocar los daños a las propiedades
Perdomo también identificó al abogado Kenneth Duboff por su participación legal en el caso de que las compañías aseguradoras objetaran las reclamaciones gestionadas por Espinosa. Perdomo agregó que en los últimos dos años Espinosa había contratado los servicios de Alain Manuel Pérez, y su firma legal: Montesano and Perez P.L., en las disputas con las aseguradoras.
“El señor Duboff y el señor Pérez estaban plenamente conscientes del esquema fraudulento montado por Espinosa”, dijo Perdomo a las autoridades.
Para los fraudes por inundaciones, Espinosa utilizaba los servicios de Pedro H. Lezcano, un plomero dueño de Cano Sewer and Drain, según las autoridades.
La fiscal Laura Uriarte detalló que la banda operaba de una manera sofisticada de tal manera que no dejaban rastros de una que los daños provocados a las propiedades hubieran sido intencionales.
“Esta gente ya no usa combustibles para incendiar las casas”, dijo Uriarte. “Utilizan métodos más sofisticados, contratando a electricistas expertos o plomeros que preparan todo para simular de que se trata de un accidente”.
Ese fue el caso de Darío Martínez, de 43 años y quien a fines de noviembre del 2006 también planificó un incendio en su vivienda en complicidad con Espinosa, según el testimonio de Perdomo.
De acuerdo con los documentos, en el clóset del dormitorio principal y en el ático de la vivienda de Martínez fueron colocadas frazadas que luego Espinosa encendió con una antorcha. Las posteriores investigaciones de las autoridades solo establecieron que el incendio se había iniciado en el ático.
Casi una semana después de ese incendio, Nationwide Adjusters, la compañía de Espinosa, entabló un reclamo a American Bankers Insurance, la cual le pagó a Martínez más de $1 millón.
En otro caso ocurrido la noche del 23 de noviembre del 2007, Espinosa planificó con Perdomo el incendio de la casa de este último ubicada en el oeste de Miami-Dade, bajo la misma modalidad: acumular frazadas y almohadas en el ático para propagar las llamas. El incendio fue iniciado en la habitación principal, de tal manera que hiciera simular de que se trataba de un corto circuito en un sistema de sonido.
Aquella noche, Perdomo salió a cenar con su familia, pero le dijo a su primo, Rodels Ruiz González, que Espinosa llegaría en su ausencia para incendiar la casa. Con la asesoría legal de de Duboff, Perdomo recibió una compensación de la aseguradora por $1.8 millones, de los cuales $1.2 millones fueron para su bolsillo. Otros $270,000 fueron para Espinosa y unos $80,000 apara el abogado Duboff, según las investigaciones. El pago al abogado fue en efectivo para evitar el reporte al Servicio de Rentas Internas (IRS), de acuerdo con las investigaciones.
La fiscal Uriarte recalcó que las autoridades tardaron casi siete años en documentar todo el plan fraudulento, debido a que las falsas reclamaciones eran gestionadas ante diferentes compañías aseguradoras, por lo que “no era fácil encontrar un patrón delictivo”.
“Este crimen afecta a todos”, dijo Uriarte . “Los costos de los seguros aumentan tres o cuatro veces debido a que las compañías aseguradoras pagan tanto en fraude y a las personas honestas que tienen reclamos de verdad no les pagan lo que se debe, porque se piensa que todo es un fraude”

Fuente: El Nuevo Herald




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