Hablar de ciberdelincuencia, es referirse básicamente a la comisión de tres tipos de delitos: a) Actos contra la confidencialidad, integridad y disponibilidad de datos, sistemas y dispositivos; acceso o interceptación ilícitos, ataques a la integridad de datos o sistemas y/o abuso de los dispositivos; b) Delitos informáticos: Falsificación informática, fraude informático y delitos relacionados con infracciones de la propiedad intelectual; y c) Delitos relacionados con el contenido: Pornografía infantil y discursos de incitación al odio.
Uno de los factores que más han impulsado la ciberdelincuencia, ha sido el desarrollo de la conectividad electrónica global. En la actualidad existen casi 3 mil millones de usuarios de INTERNET, equivalentes prácticamente al 40% de la población mundial. Se prevé que, para 2018, el número de dispositivos conectados a redes de protocolo internet (IP) alcanzará el doble de la población mundial.
La actividad delictiva, dentro de los considerados ciberdelitos, se pueden clasificar en:
- Delitos en un dispositivo. (Pornografía infantil).
- Delitos utilizando un dispositivo. (Fraudes).
- Delitos contra un dispositivo. (Acceso ilegal o no autorizado).
En un reciente caso de fraude con tarjetas de débito, desmantelado por la INTERPOL, un grupo delictivo recluto a cientos de personas, en 26 países, para realizar más de 40,000 retiros en efectivo de forma simultánea en cajeros automáticos. El robo se estimó en 45 millones de dólares.
Más del 80% de los ciberdelitos tienen su origen en la delincuencia organizada. Los delincuentes acceden a foros clandestinos en internet, donde se comercian datos de cuentas bancarias y de tarjetas de crédito, así como diversos dispositivos y sistemas de captura de datos para la comisión de fraudes.
Los investigadores, e instrumentos forenses para combatir la ciberdelincuencia, enfrentan grandes desafíos, toda vez que los delincuentes van encontrando las formas de mantener su anonimato utilizando redes descentralizadas y anonimizadoras, conocidas como la “INTERNET profunda”, donde resulta muy difícil, para las autoridades, determinar el origen de las comunicaciones o la identidad de las páginas web que ofrecen “servicios ocultos” para albergar mercados ilícitos de drogas, armas o pornografía infantil entre otros.
Si bien las autoridades, a través de la policía cibernética, han instrumentado e implementado importantes programas y estrategias para combatir este tipo de delitos, los usuarios, ante los graves riesgos a los que vivimos expuestos, debemos ocuparnos de conocer y reconocer las formas de prevenirnos correcta y adecuadamente, motivando a otros a hacerlo de igual manera.
Fuente: Manual de seguridad / David Lee