viernes, 16 de marzo de 2018

Así fue cómo el FBI infiltró a la pandilla MS-13 en EEUU: pagando y prometiendo papeles.



Documentos judiciales revisados revelan que la Oficina Federal de Investigaciones ha logrado espiar y formular cargos contra miembros de la Mara Salvatrucha a través de informantes a quienes paga miles de dólares, protege y les promete alivios migratorios. Sin embargo, algunos de ellos siguen delinquiendo mientras son protegidos por el gobierno.

En 2013, agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) hablaron con 'Pelón' para hacerle una oferta que no pudo rechazar. A este pandillero de la Mara Salvatrucha (MS-13) que ya vivía en El Salvador luego de ser deportado, le ofrecieron regresar a Estados Unidos con 17 familiares,darles un estatus migratorio temporal, cubrir sus gastos y ponerlos bajo el programa de testigos protegidos. A cambio, 'Pelón' se infiltraría en las violentas actividades de la banda en el estado de Massachusetts.

No lo pensó mucho y así este hombre, quien estaba en sus 30 y ya había pasado una larga temporada en una prisión de Florida por narcotráfico y cargos relacionados con armas, se convirtió en el informante favorito del FBI, ofreciéndole durante tres años valiosos detalles de los macabros planes de la MS-13, según documentos judiciales que verificó Univision Noticias.
'Pelón' y sus parientes recibieron alrededor de 500,000 dólares, suma que incluyó el pago de alquiler de una vivienda, alimentación, atención médica y otros gastos. Primero lo trajeron a él y después a sus familiares, temiendo que fueran el blanco de represalias cuando la banda se enterara de su cooperación con las autoridades. Una falta de este tipo equivale a una sentencia de muerte. De hecho, la MS-13 ya juró venganza.

Otras acusaciones federales revelan que el FBI ha utilizado un método similar -pagar, proteger y conceder alivios migratorios- para espiar y formular cargos contra miembros de la Mara Salvatrucha en Virginia, Nebraska, California y otros estados. Algunos casos datan de la década pasada, pero dan frutos ahora que la administración Trump ha convertido a la banda en su chivo expiatorio predilecto.

"La MS-13 es la pandilla más infiltrada de Estados Unidos", asegura Alex Sánchez, un expandillero de Los Ángeles y director de la organización Homies Unidos. "Están diciendo que es una amenaza a la seguridad nacional, pero ¿cómo puede ser si ellos (el FBI) ya saben los crímenes que van a cometer?", cuestiona el activista.

Pero algunos informantes de esa banda, fundada por salvadoreños que emigraron a Los Ángeles en la década de 1980, han aprovechado la protección y cercanía con las autoridades para seguir cometiendo delitos, interferir en investigaciones y lavar sus culpas, de acuerdo con acusaciones federales.
"Lo apuñalé tres veces"

Al llegar a Chelsea durante la primavera de 2013, a 'Pelón' no le costó actuar como un vendedor de droga. Así ganó dinero antes de ser arrestado en Florida. Para facilitar su labor, el FBI le proporcionó un taxi equipado con una cámara de video oculta. También le entregó dinero y artículos, como bolsos de mujer, para ir ganando la confianza de los mareros; y le asignó la clave 'Mako' para proteger su identidad.

Pronto el auto de 'Pelón' se convirtió en un confesionario. Cuando transportaba al pandillero Joel 'Animal' Martínez en octubre de 2015, este le contó cómo había asesinado a Irvin Javier de Paz Castro, de 15 años, en East Boston un mes antes.

"¿Cuántas veces lo apuñalaste?", le preguntó en español 'Pelón' a Joel, un joven que no paraba de moverse en el asiento del pasajero. "Lo apuñalé tres veces (…) El primero se lo pegué aquí (simuló perforarse el costado izquierdo) y caía muerto (…) Yo le dije: 'La Mara te controla'", relató con orgullo Joel sin saber que toda la conversación estaba siendo grabada.

"Él se paró y me dijo: 'esta la vas a pagar'. Yo ya estaba al otro lado de la calle. Pero ya sabía lo que le había hecho", continuó. "El culero corrió un pedacito y caía tirado. Yo lo alcancé de vuelta y ya fue que lo terminé (lo siguió apuñalando)", agregó antes de sonreír por lo que había hecho.

En otra grabación en el taxi de 'Pelón', Daniel Menjívar, alias 'Roca' y de 22 años, alardeó que el 29 de mayo de 2014 apuñaló y le disparó a un pandillero rival en Chelsea. Aunque su víctima resultó con 21 heridas, sobrevivió gracias a la atención de los paramédicos. 'Roca' también detalló un plan para asesinar a un marero que -según él- se había vuelto enlace de la Policía.
Un informante criminal

La clica East Side Loco no solo aceptó a 'Pelón', sino que lo invitó a reuniones con jefes de la banda. Incluso participó en teleconferencias con dirigentes de la MS-13 en El Salvador, en una de las cuales se habló sobre asesinar a un líder del grupo por no cobrar suficientes 'impuestos' o una parte de las ganancias por la venta de droga, robos y otros crímenes.

Aunque las evidencias que fue colectando este informante lograron que la Fiscalía federal presentara acusaciones contra 61 pandilleros –el golpe judicial más duro que hasta ahora ha dado a la MS-13 en EEUU– 'Pelón' le jugó torcido al gobierno. El FBI se enteró de que este hombre jamás le puso pausa a su vida criminal, participó en varios robos y apuñaló brutalmente a un pandillero rival en un parque de Chelsea.

Por ello, 'Pelón' fue expulsado del programa de testigos protegidos y lo sacaron de la lista de testigos en los casos contra cuatro miembros de la MS-13. No se sabe qué ha pasado con su familia.
Asesino protegido por el FBI

En Los Ángeles hace poco se dio a conocer otro caso como el de 'Pelón', que muestra cómo los informantes de pandillas siguen muchas veces delinquiendo bajo la protección de las autoridades cuando se dicen colaboradores. En 2015, a punto de ser deportado por ICE a El Salvador, Jorge Palacios, miembro de una clica de la MS-13, pidió que lo dejaran en Estados Unidos a cambio de participar en operativos de espionaje.

Durante seis meses, él colaboró con la Unidad Antipandillas del FBI en Los Ángeles. Cuando la banda supo que estaba filtrando información ordenó que lo asesinaran. Entonces, los agentes federales lo enviaron a Omaha, Nebraska, donde continuó sus acciones encubiertas.

'Chico', como le apodaron, realizó múltiples transacciones de narcóticos y armas de fuego con miembros de la MS-13 en aquella ciudad. Varias fueron grabadas con una cámara oculta en su gorra.

Por sus servicios en California y Nebraska, que echaron de cabeza a más de 20 mareros, él recibió un pago de unos 126,500 dólares y ICE detuvo su proceso de deportación.

Sin embargo, antes de volverse un informante del FBI, detectives de la Policía de Los Ángeles (LAPD) ya lo habían identificado como el hombre que ordenó asesinar a una niña de 13 años, cuyo cuerpo fue encontrado desnudo y con dos balazos en la cabeza en Elysian Park el 28 de junio de 2001.

Este caso permaneció sin ser resuelto durante el tiempo en que 'Chico' grababa a sus cómplices.

Palacios, de 39 años, fue condenado a principios de marzo por el homicidio de Piazza y podría ser sentenciado a cadena perpetua el próximo 11 de abril.
Varios años de grabaciones

Los Ángeles, el bastión de la MS-13, fue el primer objetivo del FBI y sigue estando en su mirilla.

Aquí, con la ayuda de un informante, la agencia logró arrestar a 21 miembros y asociados de la MS-13 en el área de Los Ángeles en mayo de 2017, tres años después de que inició esta operación que se enfocó en golpear el liderazgo de la organización. Tres de los detenidos son acusados de homicidio.

Un espía grabó reuniones, conversaciones, llamadas telefónicas y documentó varias operaciones que lograron formular cargos federales por asesinatos, venta de droga, extorsiones y otros delitos contra 44 personas.

Uno de los principales acusados en esa investigación es José Balmore Romero, alias 'Porky' y de 43 años, quien ha sido señalado como el jefe principal de la MS-13 en Los Ángeles. Balmore supervisaba el tráfico de droga de la pandilla y coordinaba la recolección de 'impuestos' y 'renta' a negocios y vendedores de narcóticos.

Hace casi 10 años, el FBI anunció el caso más grande presentado contra la pandilla en Los Ángeles, el cual inició con la cooperación de Jorge Alberto Pineda en 2001. Esta investigación concluyó ocho años después con la formulación de cargos contra decenas de personas, señalados de estar involucrados en varios crímenes, incluyendo asesinato, conspiración para cometer asesinato, extorsión y tráfico de drogas durante un período de 15 años.

La acusación aseguraba que entre los crímenes estaba un plan para matar al detective de la Policía de Los Ángeles, Frank Flores, especializado en la investigación de la pandilla. La Fiscalía federal alegaba que los mareros incluso habían elegido la pistola con la cual matarían a Flores, pero la Policía frustró el ataque.

En noviembre, el diario Los Angeles Times reveló que el detective Flores fue acusado por el FBI de que este y uno de sus informantes en la MS-13 habían interferido en 2011 en la búsqueda de un sospechoso de asesinato que, luego de enterarse que las autoridades le pisaban los talones, huyó de EEUU.

Pineda, el informante en el primer caso contra la MS-13, grabó por igual conversaciones banales sobre borracheras y autos, como tramas sobre homicidios, ataques y ajustes de cuentas.

Uno de los implicados era Nelson Comandari, quien está en prisión federal desde 2006 y ha sido considerado el CEO (director ejecutivo) de la MS-13. Comandari, según una de las conversaciones que registró el micrófono oculto entre la ropa de Pineda, ordenó el asesinato de líderes de la clica Coronado.

Pineda también compartió al FBI un extraño diálogo entre dos mareros, en el que uno le decía a otro: "Si quieres dispararme, mátame por la espalda, porque me dolería ver cómo me disparas".

Fuente: Univision Noticias.