martes, 6 de octubre de 2015

El saldo mortal de las drogas sintéticas en el sur de la Florida

Audrey Rotati, de Pinecrest, muestra una foto de su hijo Stefano Rotati, de
29 años, que murió en mayo después de tomar fentanil. 
David Ovalle


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Jordan Hirschfeld se había graduado de la secundaria Michael Krop y esperaba ser un día abogado, como su padre. Sin embargo, murió en un apartamento de Brickell con una jeringuilla en el brazo tras inyectarse con un tipo de heroína sintética llamada fentanil. Tenía 28 años.

Java Jackson, afectado por la droga sintética flakka, le grito a los policías y a los rescatistas que una serpiente le estaba escupiendo ácido sobre las ropas y que estas estaban en llamas. Después falleció de un fallo cardíaco en el Centro Médico de Broward. Tenía 26 años.

Shaun Cole, un soldado escocés que asistía al festival de música electrónica Ultra, había bebido alcohol, ingerido cocaína y la droga sintética etilona antes de lanzarse al vacío desde lo alto de un edificio de oficinas de Biscayne Boulevard. Tenía 22 años.

La muerte por drogas de estos tres jóvenes tiene un denominador común que los vincula con otros casos de sobredosis, suicidios, accidentes e incluso víctimas de asesinatos en los condados Miami-Dade y Broward. Las drogas sintéticas que los médicos forenses encontraron en sus cuerpos probablemente llegaron desde China; fueron vendidas a granel en internet como sustancias químicas para investigaciones, y arribaron a los distribuidores en Estados Unidos por correo.

Las autoridades se apresuran ahora a eliminar esa ruta de importación, pero reconocen que sigue siendo una de las principales fuentes de las llamadas drogas de diseñador que han inundado el sur de la Florida. El resultado: un número cada vez mayor de muertes y visitas a las salas de emergencia, particularmente relacionadas con drogas sintéticas nuevas y más potentes, como la tristemente célebre flakka, y la menos conocida pero incluso más letal, fentanil.

“Esto es como Breaking Bad”, dijo George Hime, director adjunto del laboratorio de toxicología de Medicina Legal de Miami-Dade. “No hay control de calidad [los fabricantes] ni siquiera saben lo que han creado. ¿Es algo que usan para darse placer por un rato? Sí, pero también los puede matar”.

La flakka se vende en todas partes entre los desamparados y en las esquinas de los barrios pobres en Broward, donde ha dado lugar a una fuerte ola de euforia barata que se describe como “la locura por $5”. La flakka, como se conoce en la calle la sustancia alfa-PVP, llevó a un hombre en la costa del condado de Brevard a desnudarse, proclamar que era el dios nórdico Thor e intentar tener relaciones sexuales con un árbol. Otros dos hombres, que sufrieron un serio lapso de juicio alimentado por la flakka, trataron de entrar a la fuerza a la sede de la Policía de Fort Lauderdale.

Los consumidores de fentanil no han generado tantos exabruptos, pero la droga ha probado ser incluso más letal en el sur de la Florida, según un análisis de registros de Medicina Legal de los condados de Broward y Miami-Dade por parte del Miami Herald. La flakka, un analgésico 50 veces más potente que la heroína, se usa desde hace decenios para aliviar a personas operadas.

Pero los investigadores creen que los laboratorios ilegales en China que abastecen la ruta de la droga han encontrado otra fórmula para el fentanil, así como sustancias químicas “análogas” que generalmente se venden como heroína o mezclada con esta drogas.

“El fentanil y sus análogos con frecuencia contienen heroína y son extremadamente peligrosos, más que la alfa-PVP”, dijo Diane Boland, directora del laboratorio de toxicología de Medicina Legal de Miami-Dade. “La gente está muriendo a un ritmo alarmante, especialmente los que creen que están consumiendo heroína, pero en realidad es fentanil. Una dosis pequeña es suficiente para causar la muerte”.

Otra variedad de la sustancia –betahidroxithiofentanil– fue ordenada el año pasado por distribuidores ilegales en Dakota del Norte (donde provocó dos muertes por sobredosis), Oregon y Canadá, y las autoridades dicen que tenían intenciones de venderla también en la Florida. Esa fue la misma sustancia que contenía la jeringuilla encontrada en el brazo rígido de Jordan Hirschfeld.

Su padre, Neal Hirschfeld, un abogado de Fort Lauderdale, nunca había escuchado hablar del fentanil hasta que esta droga mató a su hijo. “No teníamos experiencia con [drogas] sintéticas de China. Me quedé de una pieza”.

Y, desafortunadamente, los Hirschfeld estaban mucho más informados que la mayoría sobre la adicción, tras haber ayudado a Jordan en sus batallas contra la marihuana, el alcohol y medicamentos contra la ansiedad. Jordan, a quien su madre, Caryl Rapplean, describió como “lleno de vida . . . alto, apuesto, gracioso, inteligente” –trató repetidas veces de romper el ciclo de las drogas en un campamento especializado en Utah, una instalación de rehabilitación en Malibu, California, y numerosos centros locales de tratamiento.

“Fue una batalla que no pudimos ganar”, dijo su padre. “Probamos con todo y perdimos”.

El elevado saldo de muertes por fentanil

Aunque el alcohol, los medicamentos por receta y las drogas tradicionales como la marihuana y la cocaína se siguen detectando con más frecuencia en los informes de toxicología, las drogas sintéticas muestran una presencia tan elevada que ha alarmado a la policía, a los médicos y a los expertos en salud pública en el sur de la Florida. Los registros de Medicina Legal en los dos condados muestran que una de las drogas sintéticas de uso más común ha sido detectada en casi 300 víctimas desde 2011.

En menos de un año desde octubre de 2014, el fentanil ha matado o contribuido a muertes por sobredosis de 53 personas en Miami-Dade. Broward registró 30 muertes relacionadas con el fentanil entre junio de 2014 y junio de este año. Jordan fue el primero de ocho en morir a causa de la variante betahidroxithiofentanil, que también ha matado a por lo menos otras cuatro personas en Broward.

Stefano Rotati, de 29 años, vecino de Pinecrest y graduado de la Universidad de Miami, con aspecto de modelo y una prometedora carrera musical como percusionista, fue otra víctima del fentanil. En mayo se desplomó en un apartamento de Miami y falleció posteriormente en el Hospital Jackson Memorial.

Audrey Rotati dijo que su hijo batalló contra la adicción a los analgésicos por receta tras lesionarse la espalda cuando le chocaron su vehículo por detrás hace unos años. Pero no cree que, si hubiera sabido el riesgo, hubiera ingerido heroína sintética.

“[Era] mi pedacito de cielo en la Tierra. Era una persona muy dulce”, dijo. “Estoy casi segura de que no sabía que lo que consumió era fentanil”.
"LA FLAKKA, UN ANALGÉSICO 50 VECES MÁS POTENTE QUE LA HEROÍNA, SE USA DESDE HACE DECENIOS PARA ALIVIAR A PERSONAS OPERADAS"

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La flakka también ha provocado gran cantidad de víctimas, particularmente en Broward, donde ha sido vinculada con 43 fallecimientos en los últimos 12 meses, cifra que es la mayor en todo el país y ha atraído la atención de los medios de comunicación nacionales. Muchas de las víctimas eran desamparados con un historial de adicción, pero al menos un bebé, que falleció en julio durante un nacimiento prematuro, también tenía la droga en su organismo. La flakka ha sido vinculada con 19 muertes en Miami-Dade desde 2013.

Pero en ambos condados, la flakka rara vez ha sido identificada como la única o la causa principal de muerte, y su presencia ha sido detectada entre varias drogas que probaron ser mortales.

Java Jackson era la única víctima de sobredosis de la flakka en Broward. El Día de la Recordación, según un informe de la Policía de Broward, Jackson estaba en una casa de Dania Beach llamando a gritos a su madre, alucinando sobre la serpiente que le escupía ácido y sus ropas en llamas. Los policías indicaron en el informe que se mostró “muy combativo” durante su traslado en una ambulancia. En el Centro Médico de Broward, su madre rogó a las autoridades que su hijo de 26 años, quien ya había sido hospitalizado con un ataque a consecuencia de la flakka, fuera internado para recibir tratamiento.

Pero fue demasiado tarde porque el joven falleció ese mismo día.

Meses más tarde, contactada por teléfono, Erica Jackson dijo que todavía estaba demasiado alterada para hablar de su hijo. “Todavía tengo esas heridas abiertas”, dijo la semana pasada.

Las sobredosis solo reflejan parte de las consecuencias

Los médicos forenses, expertos en salud pública y entidades policiales subrayan que las sobredosis de una sola droga son una pequeña parte de las consecuencias de la nueva ola de drogas sintéticas chinas.

La flakka y otras drogas con frecuencia son un factor que contribuye a las muertes, parte de un coctel de alcohol y otras drogas que puede resultar letal o provocar comportamiento psicótico. Por ejemplo, nadie puede explicar con toda seguridad por qué Shaun Cole, el soldado escocés en el festival Ultra, decidió subir al edificio, o si se cayó o lo empujaron. Pero en la sangre le encontraron alcohol, cocaína y etilona, una droga sintética que con frecuencia se vende en los clubes nocturnos bajo el nombre de Molly.

Molly, el nombre general que se da a drogas populares en clubes de baile y conciertos, ha sido detectada en por lo menos 135 homicidios, suicidios y muertes por accidente en Miami-Dade desde 2011. Medicina Legal del Condado Broward dijo que no podía ofrecer estadísticas sobre las muertes relacionadas con Molly en el mismo período.

Esa cifra no es sorprendente. Las agencias policiales dicen que las drogas que se venden como Molly siguen siendo las sintéticas prevalentes en el sur de la Florida. Son derivados de la metilendioximetanfetamina, conocida como MDMA y de fabricación europea, conocida popularmente como ectasy, que han dominado el mercado de drogas de diseñador durante varios años.

Molly contenía en lo fundamental metilona hasta una prohibición impuesta en 2014 en China y Estados Unidos. Los especialistas en química burlaron la prohibición alterando ligeramente la fórmula para producir una sustancia similar llamada etilona.

Llamadas a veces sales de baño, las dos drogas son clasificadas como catinonas sintéticas, derivadas de la planta khat, que se produce en el Medio Oriente. Las muertes por sobredosis atribuidas a Molly son menos comunes, según toxicólogos, pero ocurren. En 2013, Anthony Casano, de 21 años y seguir del festival Ultra, comenzó a mostrar señales de “comportamiento errático” antes de ser llevado de urgencia a un hospital. La causa de muerte fue: “envenenamiento por metilona”.

Sustancias químicas y riesgos

Pero algunos expertos dicen que las píldoras que se venden como Molly, al igual que otras drogas sintéticas, con frecuencia contienen sustancias químicas o ingredientes no probados o desconocidos, lo mismo mezclados en el laboratorio o por distribuidores de drogas para aumentar la oferta y sus ganancias. Pequeños laboratorios chinos que operan bajo pocas normas han generado tantas variantes que los científicos que estudian los efectos de las drogas en Estados Unidos no pueden seguirles el ritmo.

Las pocas investigaciones realizadas por lo general han sido con roedores y células humanas aisladas, dijo Gregory Dudley, profesor de Química y Bioquímica en la Universidad Estatal de la Florida.

“Hay muy pocas investigaciones, particularmente en humanos que la consumen”, dijo Dudley.

Los toxicólogos pueden demorar años en determinar qué sustancia ingirieron las víctimas.

George Salgado, instructor deportivo de 21 años, de Miami, creía que estaba tomando tres tabletas de LSD en abril de 2012. Después de arrancarse las ropas del cuerpo, con los ojos a punto de salírsele de las órbitas y la piel sudorosa, agredió a un nombre. Salgado falleció después que un policía le disparó varias veces con una pistola Taser y la temperatura le subió a 105 grados centígrados. Los toxicólogos no pudieron identificar la droga al principio.

Ese mismo año, los estudiantes universitarios Marco Pomares y Héctor Miranda desaparecieron en una zona pantanosa en el oeste de Miami-Dade tras inhalar una droga desconocida. Los encontraron muertos por exposición a los elementos.

Este año, Medicina Legal del Condado desarrolló protocolos de prueba más avanzados y pudo identificar la misma droga en ambos casos, un poderosos alucinógeno sintético llamado 25I-NBOMe.

Una droga similar, 25C-NBOMe, fue detectada en el cerebro del grafitero Israel “Reefa” Hernández-Llach, quien falleció tras ser impactado por una pistola Taser por la policía de Miami Beach en 2013. El médico legista determinó a final de cuentas que la causa de la muerte fue un fallo cardíaco debido a la “descarga de un dispositivo eléctrico”.

Deborah Mash, investigadora de la Universidad de Miami que ha estudiado los efectos de las drogas sintéticas en el cerebro, dice que los consumidores son “conejillos de Indias”.

“Es espeluznante”, dijo. “No conocemos la potencia [de las drogas] y no sabemos qué sustancias contienen”.

Fuente: El Nuevo Herald