jueves, 13 de junio de 2013

El análisis geográfico nos permite pronosticar el proximo crimen.

El análisis geográfico proporciona comparaciones que son mucho más sencillas de visualizar que observar direcciones en reportes o novedades de delitos cometidos en una determinada jurisdicción.  Puntos o marcas en un mapa, por ejemplo, ilustran mucho mejor las ubicaciones de los delitos que las palabras escritas en un pedazo de papel.

Más aún, cuando se usa un punto para indicar la ubicación de un delito en un mapa, la representación de la ubicación de ese delito comparado con otro delito ilustrado de igual forma, cometido en otro lugar en el mismo mapa, establece una relación aparente e inmediata.

El análisis geográfico, involucra analizar los patrones de localización de las actividades delictivas para predecir donde los delincuentes van a atacar de nuevo. Se desarrolla mediante el uso de “mapeo” o de representación de eventos en mapas, técnicas gráficas y estadísticas.
Las técnicas de  “mapeo” le permiten al analista representar geográficamente los eventos criminales que ocurren en una jurisdicción. Un punto o una marca que representen el despliegue de robos residenciales tanto diurnos como nocturnos en un área determinada en un período de tiempo, es un ejemplo clásico de la técnica de”mapeo”.
Los métodos gráficos nos permiten comparar data criminal por vecindarios, barrios o urbanizaciones, parroquias, municipios, etc. Gráficos de barras con listas de los porcentajes de  delitos específicos, cometidos en áreas determinadas, en un período de tiempo establecido, por ejemplo, pueden proporcionar un excelente panorama delictivo de una jurisdicción.
El análisis estadístico geográfico, permite al analista criminal identificar patrones delictivos y seriales en vecindarios, urbanizaciones y barrios, municipios o en cualquier área jurisdiccional; y frecuentemente es utilizado para proyectar matemáticamente la futura posible ubicación de la comisión de crímenes.
Las tecnicas de “mapeo”
El uso de mapas para describir la ubicación de delitos, ha sido empleado durante años. Pero aunque es una técnica antigua, permanece como muy útil.
No hay un “único camino” para crear un mapa geográfico. Algunos analistas usan alfileres con terminales de colores para ubicar la posición de un delito; otros usan adhesivos de figuras o de puntos de colores. Los símbolos también han sido usados efectivamente a lo largo del tiempo. Por ejemplo, pequeñas figuras de vehículos se emplean a veces para ubicar los lugares donde se han cometido hurtos de vehículos.
La decisión de utilizar bien sea alfileres con terminales de colores, figuras o dibujos que representen eventos criminales, normalmente dependerá de la cantidad de data que se quiera desplegar en el mapa. Si se va a registrar el número del reporte con el lugar de la comisión del delito, se podrán usar alfileres con colores o alfileres con banderas (de colores). Los colores indicarán el tipo de delito. El número del reporte se escribirá en la bandera. De forma similar, se pueden emplear códigos de colores con pines y alfileres para identificar patrones de “modus operandi” específicos.
El tiempo de duración que un mapa en particular o un conjunto de mapas puedan mantenerse en uso es muy importante. No existe un conjunto de reglas que indiquen cuanto es el tiempo de duración de un mapa, pero se recomienda que se mantengan por un período de tres meses, de manera que se puedan efectuar comparaciones del comportamiento trimestral del delito en la jurisdicción. Se deben mantener dos mapas por cada tipo de delito, uno que refleje la información semanal o mensual,  otro, que represente la información anual o trimestral.
La data de los mapas debe almacenarse de forma tal que su recuperación se haga de manera sencilla. Los mapas de pines o alfileres pueden registrarse fotográficamente; tomando fotografías de los mapas y empleando dos proyectores para la superposición de las fotos de manera que pueda compararse el comportamiento delictivo simultáneamente de cada mapa, es una técnica bastante efectiva. Las láminas de acetato usadas como capas de información de fechas diferentes, también es una forma empleada por muchas agencias policiales.
Los procedimientos descritos anteriormente, funcionan bien para aquellas organizaciones policiales que usan técnicas de mapeo manual. En la actualidad y con tendencia a incrementarse en los próximos años, las agencias policiales se están decidiendo por el uso de sistemas de mapeo computarizado para almacenar y desplegar la data criminal. Entre otros, programas como “Map Info”, “Atlas Crime Análisis” y “Arc View”, son utilizados para identificar rápidamente “zonas rojas” y patrones de actividades criminales. Los mapas generados por estos programas son de fácil almacenamiento y  recuperación en una gran variedad de sistemas de microcomputadoras.
Diez es el mínimo de mapas que cualquier unidad de análisis criminal debe mantener. Seis tipos de delitos se adaptan muy bien al análisis geográfico: Hurtos (con clasificaciones en residenciales, comerciales, personales), robos (con clasificaciones en residenciales, comerciales, personales), hurto y robo de vehículos, otros tipos de robos y hurtos (camiones blindados, entidades bancarias), delitos de tipo sexual,  y los delitos de secuestro express y/o extorsivos.
Otros cuatro mapas de información también son de mucha utilidad. Uno está diseñado para apoyar el programa de arrestos de criminales mediante el “mapeo” de la dirección de sus últimas residencias y la especialidad criminal de los delincuentes. Otro tipo de mapa se utiliza para el apoyo de las operaciones contra el tráfico de drogas, mediante la ubicación de los lugares de venta (en casas, comercios, calles, colegios, etc.). Un tercer mapa es utilizado para describir las ubicaciones donde se “comercializan” las mercancías robadas. Mapas que describan las áreas donde operan bandas criminales en particular y las ocurrencias de delitos relacionados con estas bandas son muy útiles. La información permite establecer los procesos de despliegue policial necesarios para prevenir los delitos, así como también, ayuda a la policía a identificar patrones que determinen la presencia de nuevas bandas emergentes, y permite a los analistas pronosticar las ubicaciones de los futuros conflictos entre bandas.
El análisis estadístico de información criminal realizado en áreas geográficas determinadas, es fundamental para establecer donde y con que propósito las asignaciones de personal policial tanto rutinarias como especiales, deben planificarse. Un análisis porcentual de arrebatones de relojes de pulsera y de robos a mano armada en un período de un mes, por ejemplo, puede indicar que un porcentaje significante de estos crímenes se están cometiendo en áreas relativamente reducidas. Un análisis tan sencillo como ese, le permite a los planificadores policiales desarrollar programas de asignación de personal en las áreas afectadas con el propósito de prevenir los delitos y capturar a los delincuentes.
Un procedimiento más sofisticado de análisis gráfico estadístico, involucra el uso de un mapa con pines para fijar la data y desarrollar un modelo matemático que le permitirá al analista pronosticar  la  ubicación del próximo evento criminal. Por ejemplo, supongamos que una jurisdicción ha sufrido una serie de crímenes y un análisis del “modus operandi” sugiere que fueron cometidos por la misma persona. Una forma de identificar el área objetivo para una acción táctica, sería la de establecer en un mapa las ubicaciones de los delitos y “enfocar” el área general donde se podría desplegar una unidad.