El acoso y abuso sexual hacia los niños, niñas y adolescentes es un grave problema del que muchos son víctimas, y es necesario que todos tomemos conciencia de lo que representa y hagamos lo que esté en nuestras manos para prevenirlo.
Se denomina grooming al acto por medio del cual una persona mayor de edad engaña a un menor, para ganarse su confianza y su amistad y luego poder abusar de él.
En muchos casos, el grooming se da a través de Internet. Algunas personas crean perfiles falsos en los cuales fingen ser niños o adolescentes, utilizando fotos robadas y nombres inventados. De ese modo, entablan relaciones de amistad con niños y adolescentes que confían en ellos, para luego convencerlos de, por ejemplo, enviarles fotos a través de Internet, o peor aun, citarlos en persona y abusar de ellos.
En algunos casos el "groomer" es solo unos años mayor que el acosado, y en otros es una persona completamente adulta que abusa de la confianza de un niño. Los mecanismos utilizados para ganarse la confianza del menor pueden ser diversos, y a veces lograr ser muy creíbles: los acosadores encuentran fotos de niños o jóvenes en las redes sociales y arman con ellas un perfil, imitan el vocabulario de los jóvenes, y envían fotos de supuestas viviendas, mascotas y amigos para inspirar una confianza mayor.
En algunos casos, el objetivo de estos acosadores no es abusar directamente de los niños, sino que lo hacen como un mecanismo para captarlos y someterlos a redes de trata de personas.
El grooming es muy preocupante pero conocer de qué se trata es el primer paso para prevenirlo. Los adultos debemos estar informados ya que tenemos a nuestro alcance las herramientas para proteger a los más pequeños, pero también es importante que los niños y los adolescentes sean instruidos acerca de la posibilidad de ser engañados, para que tomen conciencia y estén alerta.
Además del engaño, los groomers pueden valerse de herramientas como el chantaje para ejercer presión sobre sus víctimas. Por ejemplo, pueden conseguir una foto íntima del menor, que luego amenazarán con hacer pública si no hace lo que ellos quieren. Por eso, es importante estar atentos a los niños para detectar si están bajo efecto de algún tipo de amenaza.
Existen varias medidas sencillas que las familias pueden tomar para evitar el grooming. En todos los casos es importante tener diálogo con los jóvenes para que, en caso de que alguien los estuviera engañando, los adultos pudieran detectarlo a tiempo.
¿Cómo evitar el grooming?
- Supervisar el uso que los menores hacen de Internet. Conversar sobre sus actividades, y tomar precauciones para que los más pequeños no hablen con desconocidos por varias horas sin ser supervisados.
- Concientizar a los menores sobre los peligros que existen en la red y en el mundo.
- No subir a Internet de modo público datos personales, información o fotografías que pudieran ser utilizadas para engañar a otras personas, o que facilitaran la tarea a alguien que quisiera engañarnos. Corroborar que los menores no lo hagan tampoco.
- Preservar la seguridad y confidencialidad de cuentas de usuarios y contraseñas. Acostumbrar a los pequeños a no compartir las contraseñas con sus amigos.
- Revisar las funciones de control parental de los antivirus y navegadores para aprovechar las que pudieran ser útiles.
- Generar un entorno de confianza con los niños y adolescentes: que sepan que, si necesitan pedir ayuda, serán contenidos, y no juzgados.
- En caso de detectar un intento de engaño, analizar la conducta del acosador para saber si ha incurrido en conductas irregulares o delitos que se puedan ser denunciados.
- Buscar y recopilar pruebas del intento de engaño: capturas de pantalla, conversaciones, mensajes y todo lo que pueda utilizarse para dar a conocer el grooming, demostrar el acoso o encontrar pistas sobre el paradero y modo de actuar del groomer.
- Formular la denuncia de todo intento de engaño: no haber caído en la trampa significa que otro puede hacerlo si no tomamos una medida que impida al acosador seguir actuando.
Por: Laura Vidal
Por: Laura Vidal