Esta foto sin fecha suministrada por la fiscalía del condado de Spartanburg muestra a Stephanie Greene. Greene, de 39 años, que el 4 de abril del 2014 fue sentenciada a 20 años de prisión por matar a su hijita de 6 semanas con lo que los fiscales aducen fue una sobredosis de morfina transmitida por la leche materna.
SPARTANBURG, Carolina del Sur, EE.UU. -- Un juez sentenció el viernes a una mujer de Carolina del Sur a 20 años de prisión por matar a su hijita de seis semanas con lo que los fiscales aducen fue una sobredosis de morfina transmitida por la leche materna.
Un fiscal dijo que Stephanie Greene, de 39 años, era enfermera y por lo tanto conocía los peligros de ingerir analgésicos durante el embarazo y la lactancia y que en cambio decidió ocultar su embarazo a los médicos para seguir recibiendo sus recetas. Perdió su licencia como enfermera en 2004 por tratar de conseguir fármacos ilegalmente.
El abogado de Greene dijo que su defendida solo trataba de mitigar un dolor debilitante producido por un accidente automovilístico más de una década antes y que dependía de su propio criterio y de las investigaciones médicas en internet en vez del consejo de los médicos y que además estaba profundamente apenada por la pérdida de su hija.
La sentencia a 20 años era el mínimo que podía recibir después que un jurado del condado de Spartanburg la halló el viernes culpable de homicidio por abuso infantil. Podía haber recibido cadena perpetua.
Greene tendrá que cumplir 16 años de cárcel antes de tener derecho a solicitar libertad condicional. No dijo nada ante el tribunal y salió de la sala esposada de manos y pies.
Su abogado dijo que apelará y es probable que el caso siga arrastrándose durante años. Tanto el fiscal como el abogado defensor coinciden en que ninguna madre ha sido juzgada en Estados Unidos por matar a un hijo por medio de una sustancia transmitida por la leche materna.
Asimismo, el abogado Rauch Wise dijo que la fiscalía no demostró cómo el bebé recibió la morfina y que hay pocas pruebas científicas de que pueda acumularse suficiente morfina en la leche materna como para matar a un infante.
"El tribunal no puede castigarla más de lo que ya ha sido castigada al perder una hija", afirmó.
El marido de Greene no habló con la prensa. Dijo que apoyaba a su esposa y se manifestó desconsolado mientras se prepara para criar solo a su hijo varón de siete años.
El cuarto embarazo de Greene en 2010 fue inesperado, aunque ella y su marido, con quien está casada desde hace 10 años, aceptaron optimistas la sorpresa, dijo el defensor. La mujer tiene dos hijos de un matrimonio anterior.
Alexis nació saludable y su madre decidió amamantarla, pero 46 días después, Greene llamó al 911 para reportar que la pequeña estaba inconsciente en su cuna. Los investigadores hallaron decenas de frascos de píldoras y analgésicos en su mesa de luz donde el hijo de la pareja, entonces de cuatro años, podía haberlos alcanzado.
Un informe toxicológico de la autopsia del bebé halló un nivel de morfina en el cuerpito que, según atestiguó un patólogo, podría haber sido letal para un adulto, dijo el fiscal Barry Barnette.
Fuente: El Nuevo Herald
Fuente: El Nuevo Herald