Durante la interpelación a los jefes de Inteligencia, el senador por Arizona John McCain consideró el hackeo ruso como un "ataque sin precedentes" a la democracia del país.
Los jefes de organismos de Inteligencia de Estados Unidos dijeron este jueves que creen que altos funcionarios del gobierno de Rusia estuvieron detrás de la piratería informática y la filtración de correos electrónicos del Partido Demócrata durante el proceso electoral de Estados Unidos.
"Evaluamos que solo altos funcionarios de Rusia podrían haber autorizado los recientes robos de datos y revelaciones de información centrados en las elecciones", dijeron en una declaración conjunta ante una audiencia del Senado el Director de Inteligencia Nacional, James Clapper, el jefe de la Agencia de Seguridad Nacional, Michael Rogers, y Marcel Lettre, Subsecretario de Defensa de Inteligencia.
El presidente electo, Donald Trump, se ha mostrado reticente públicamente a aceptar que Rusia podría haber interferido en el proceso electoral y que representa una amenaza para la seguridad del país.
Lo que dice McCain
El presidente del comité, el senador republicano por Arizona, John McCain, enfatizó en el papel de Rusia en el caso y de modo tácito lanzó un reproche al presidente electo Donald Trump, quien ha dicho públicamente que los estadounidenses quieren "seguir adelante" con la cuestión de la piratería informática en las elecciones.
"Cada estadounidense debe alarmarse por los ataques de Rusia contra nuestra nación", dijo McCain. "No hay forma de escapar del hecho de que este comité se reúne hoy... después de un ataque sin precedentes a nuestra democracia".
Además, McCain hizo hincapié en el cuestionamiento al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y le preguntó a Clapper si había puesto en peligro a hombres y mujeres que servían a los Estados Unidos con su anterior liberación de los cables del Departamento de Estado. "Sí, lo ha hecho", respondió Clapper.
"¿Debemos darle credibilidad a Julian Assange?", consultó McCain. "No en mi opinión", dijo Clapper.
McCain: Should we attach any credibility to Julian Assange?