MIAMI.- "La mochila y la computadora portátil me salvaron la vida." El que habla es Steve Frappier, un sobreviviente del tiroteo en el aeropuerto de Fort Lauderdale, Florida, que contó a prensa lo cerca que estuvo de la muerte.
"Me caí, la mochila todavía estaba en mi espalda y me di la vuelta de tal manera que en un momento el tirador disparó hacia mí. Hubo una bala que rebotó", explicó Frappier, testigo del ataque que dejó cinco muertos y seis heridos de bala en una sala de retiro de equipaje.
Frappier describió la frenética escena en la que vio cómo el tirador, con aspecto sereno y vestido con una remera de Star Wars, disparaba en la cabeza a otro hombre. Él estaba en el suelo protegido "como una tortuga con la mochila" , cuando sintió que algo le "golpeó la espalda".
En un principio, no supo lo que había ocurrido, hasta momentos después, cuando el asesino identificado como Esteban Santiago fue arrestado y él salió hacia el baño a comprobar qué era lo que había sentido. Allí descubrió que a él también le había disparado, pero no sangraba ni sentía dolor, porque la computadora que llevaba en la espalda había parado el balazo.
"En el baño comprobé que la bala había dado en mi mochila y en mi portátil", explicó el testigo, que añadió que dio su mochila a los agentes del FBI para la investigación y que encontraron la bala en uno de los bolsillos.
"La bala rebotó y aterrizó en un bolsillo interior de la mochila, podría haber sido mi espalda", comentó Frappier, que contó que su vuelo acababa de llegar, por lo que había metido rápidamente la computadora en la mochila y la había dejado abierta. Según este testigo, un individuo salvó a muchos de los pasajeros, a los que advirtió de que el pistolero todavía podría estar suelto.
Otros testigos presenciales indicaron que, después de recoger su valija, el tirador fue a uno de los baños de la Terminal 2, donde extrajo el arma que había despachado, regresó a la zona de equipajes y comenzó a disparar de manera aleatoria, pero apuntando a la cabeza de las víctimas.
Mark Lea, otro testigo, dio más detalles sobre el tiroteo, el cual duró unos 45 segundos antes de que el pistolero se tirara al suelo y tranquilamente esperara a ser detenido por las autoridades. "Al principio, pensamos que eran fuegos artificiales", dijo. "Después, todo el mundo empezó a gritar y correr."
Lea relató que el agresor se abrió camino a balazos en la zona donde se retira el equipaje mientras muchas personas intentaban escapar. "Una vez que terminó de disparar, caminó y pasó por la puerta 2, donde tiró el arma y se tendió en el piso hasta que llegó el primer policía, lo que ocurrió probablemente un minuto después. No tuvieron que dispararle."
Los testigos dijeron que el agresor no dijo nada antes de comenzar a disparar y que dejó de hacerlo sólo después de que se le agotaron las municiones. "Dos personas a mi derecha y dos a mi izquierda fueron baleadas. Estuvo a corta distancia de nosotros. Pensé que nos mataría", contó otro testigo, John Schicher.
Agencia AP y diario El País / Yahoo