jueves, 1 de mayo de 2014

Conductora habla de trágico accidente en autopista Sawgrass que provocó dos muertes.

Una mujer que se autoproclamaba como la ‘princesa de la marihuana’ y que mató a dos jóvenes de Coral Springs en un aparatoso accidente que tuvo lugar en la autopista Sawgrass el año pasado, dijo que no recuerda en absoluto lo que sucedió.
En una entrevista con Inside Edition, que se transmitió el miércoles, Kayla Mendoza dijo que no se acordaba de haber conducido en la autopista, así como tampoco del accidente donde perecieron Kaitlyn Nicole Ferrante y Marisa Caran Catronio, ambas de 21 años, según el periódico Sun-Sentinel.
En porciones de la entrevista dadas a conocer previamente y obtenidas por el Sun-Sentinel, Mendoza dijo que no tenía idea de cómo sobrevivió.
“Cuando supe que no sólo provoqué un accidente sino que en él dos muchachas murieron, lo único que pensé es por qué no morí yo también”, dijo Mendoza. “Estas bellas chicas ya no están en este mundo y todo por culpa mía”.

CBS4 News miró el reportaje de Inside Edition con familiares de las víctimas, quienes dijeron sentirse impávidos por las palabras de Mendoza.
“No siento ninguna compasión por ella”, dijo Christine Ferrante, hermana de una de las víctimas. “Lo que ella diga no significa nada para mí”.
El padre de Marisa Catronio, Gary, dijo que el video de las lesiones en las piernas de Mendoza no lo mueve a conmiseración.
“Yo no tengo el lujo de poder atender las lesiones de mi hija porque ella murió instantáneamente”, dijo Catronio.
Mendoza dijo que sí recordaba haber tomado unos tragos con sus colegas de una tienda T-Mobile. En la entrevista dijo que su jefe, que la llevó al restaurante donde bebieron, sabía que ella era menor de edad para consumir alcohol. En el momento del choque, Mendoza tenía 20 años y no tenía una licencia de conducción válida.
Según un recibo del restaurante, Tijuana Taxi Company, que se utilizó como parte de la demanda civil que presentaron las familias de las víctimas contra Mendoza y el restaurante, Mendoza consumió unos $50 en bebidas de 10:15 p.m. hasta las 12:22 a.m. del 16 y el 17 de noviembre. Los documentos que presentó el restaurante como respuesta a la demanda indican que Mendoza estaba en el restaurante con unas seis personas más.
El recibo muestra que Mendoza bebió dos margaritas grandes y otros dos tragos de tequila Patron Silver. El recibo indica que el pago fue de $65.78, si bien no muestra que Mendoza haya comido algo. En los documentos jurídicos de la corte civil no se dice nada de cómo se le sirvió alcohol a Mendoza en el restaurante siendo menor de edad.
Después de haber bebido en el restaurante, Mendoza dijo que su jefe la llevó hasta su automóvil, que ella había dejado estacionado junto a la tienda.
Las familias de las víctimas dijeron que esperaban que Mendoza dijera quién estuvo involucrado en los acontecimientos que condujeron al trágico accidente.
“Queremos saber quién estaba con ella y que provocó el accidente de esa noche”, dijo Catronio.
Según la Patrulla de Caminos de la Florida (FHP), en algún momento de esa noche o de la madrugada, Mendoza escribió en Twitter “Demasiado borracha para que me importe” (“2 drunk 2 care”). Cerca de la 1:45 a.m., el 911 recibió un sinfín de llamadas donde se reportaba que había ocurrido un choque de frente en la autopista Sawgrass.
Mendoza está acusada de manejar en sentido contrario al tráfico y de chocar contra el vehículo donde viajaban Ferrante y Catronio, matándolas.
Cuando se le preguntó por el texto que colgó en Twitter de “2 drunk 2 care”, Mendoza dijo que fue sacado de contexto. Dijo que no quería decir que iba a conducir y que no le importaba lo que pasara, sino que iba dirigido a su novio, ya que los dos habían discutido hacía poco.
Mendoza, que tenía un nivel de alcohol en la sangre por encima del límite legal en el momento de la colisión, está en libertad con una fianza de $600,000. De igual modo, está acusada de homicidio culposo por conducir en estado de embriaguez, de homicidio vehicular y de conducir sin una licencia válida y provocar una muerte.

Fuente: El Nuevo Herald